miércoles, 6 de abril de 2011

ASPECTOS GENERALES


Los culicoides son insectos que se caracterizan por su pequeño tamaño pues miden entre 1,5 y 3 mm de longitud. Tienen las patas muy cortas y pliegan las alas sobre el dorso cuando se posan sobre la piel de los animales para picar. Poseen un pequeño aparato bucal de tipo cortador chupador con el que hacen pequeños cortes en la piel donde se acumula la sangre que succionan con su trompa. Muy característico de este género es la morfología de las alas que disponen de unas venas y celdillas características. También suelen tener manchas cuya forma y disposición son importantes para clasificarlos a nivel de especie.

Como muchos dípteros sólo las hembras son hematófagas, necesitando ingerir sangre para que se produzca la maduración de los ovarios y el desarrollo de los huevos. Habitualmente son oportunistas y la gran mayoría suelen picar a cualquier tipo de animal incluso el hombre. La realidad es que dependiendo del lugar donde crían van a succionar sangre de las especies más abundantes. Los machos y también las hembras necesitan alimentarse de azúcares para sobrevivir y para mantener su actividad. Los azúcares los consiguen de plantas, de las flores y también directamente a los pulgones.

Son insectos holometábolos es decir de metamorfosis compleja. Las hembras ponen huevos alargados fusiformes, con una longitud entre 200 y 500 micrones. De ellos salen unas larvas alargadas que tras sufrir tres mudas se transforman en pupas y éstas darán origen a los adultos. Los lugares donde realizan la puesta de huevos y se desarrollan las larvas varían mucho de una especie a otra. En general necesitan abundante materia orgánica que sirve de nutrientes a las bacterias, algas o nematodos de vida libre que son la base de su alimentación. Estos hábitats de cría varían mucho y pueden ser desde barros en zonas encharcadas, a agujeros de árboles con restos vegetales o incluso frutos en descomposición. Las especies que están implicadas en la transmisión de la Lengua Azul crían en zonas próximas a los lugares donde se encuentran los rumiantes y lo hacen en zonas con barros en praderas o cerca de abrevaderos o incluso las propias heces de los animales especialmente en las de ganado vacuno. El tiempo que tardan en desarrollar todo su ciclo varía con la especie y hábitat, pero sobre todo también con las temperaturas ambientales. Con temperaturas entre 28 y 35 ºC el ciclo puede ser tan corto como unos 15 días pero con temperaturas más bajas y sobre todo en invierno pueden invertir hasta siete meses en realizar todo su desarrollo larvario.

En general tienen actividad crepuscular y nocturna. Normalmente suelen empezar a volar cuando se pone el sol, aprovechando que disminuye la temperatura y aumenta la humedad ambiental. La sequedad del ambiente puede llegar a matarlos en pocas horas. Algunas especies que se han estudiado más detalladamente presentan su máxima abundancia justo en las primeras horas de actividad, más o menos hasta media noche, desapareciendo prácticamente durante la noche presentando un pequeño rebrote de actividad justo antes del amanecer. En días cubiertos y con humedad ambiente elevada pueden volar incluso durante el día.

Hasta hace poco tiempo se pensaba que eran exófilos, es decir que pican a los animales solo en el medio ambiente, fuera de las construcciones o de zonas cubiertas. Recientemente se ha podido comprobar que llegan a penetrar dentro de las explotaciones ganaderas para alimentarse de los animales que se encuentran en su interior.

En condiciones normales los adultos alados vuelan como mucho unos pocos centenares de metros. A pesar de ello parece que es habitual que se formen enjambres para realizar la cópula y que en determinadas condiciones de temperatura del suelo se forman corrientes ascendentes que pueden elevarlos decenas de metros sobre el mismo, si en ese momento se generan corrientes de aire con una velocidad de unos 10 metros por segundo, la temperatura que no sobrepase los 30 ºC y una humedad superior al 25%, estas pueden llegar a transportar vivos a estos insectos centenares de kilómetros, desplazándolos de un país a otro o incluso de un continente a otro, colonizando nuevas zonas o portando virus en el caso de estar infectados.

Este texto ha sido tomado de:
LOS VECTORES DE LA LENGUA AZUL: CONOCIMIENTOS BÁSICOS DE SU BIOECOLOGÍA. EL PROGRAMA NACIONAL DE VIGILANCIA ENTOMOLÓGICA DE LA LENGUA AZUL EN ESPAÑA

LUCIENTES, J.; CALVETE, C.; ESTRADA, R.; MIRANDA, M.A.; DEL RIO, R.Y BORRÁS, D.




Morfología típica de insectos del Género Culicoides (Dibujo de J.C.
Delecolle 1985).


ESTADIOS TRÓFICOS






En la observación cotidiana de especies del género Culicoides, podemos ver distintos estadios que, desde el punto de vista de la transmisión de enfermedades (Vgr: lengua azul), tienen una enorme importancia epidemiológica que ayuda a prevenir la aparición de nuevos focos de enfermedad.
Así, podemos encontrar:
  • Hembras con sangre. Como su propio nombre indica, son hembras que se han alimentado de la sangre de un animal o persona y que las capacita para la formación y desarrollo de los huevos
  • Hembras con huevos. Son aquellas que tras la digestión de la sangre, ha dado lugar a la formación de huevos que se observan claramente ocupando su abdomen
  • Hembras paras. Son aquellas que han succionado sangre, han realizado la digestión de la misma, se han formado los huevos y ya los han puesto, es decir, es la etapa siguiente. En su abdomen no quedan restos de sangre ni huevos, y se distinguen fácilmente porque en la pared del mismo queda "pegada" como una arenilla que es un pigmento de color rojizo parecido a la herrumbre del óxido de hierro
  • Hembras nulíparas. Son aquellas que nunca han ingerido sangre y por tanto, nunca han puesto huevos. Se diferencian bien porque el abdomen es transparente o blancuzco. No tienen los depósitos rojizos de las paras.
                
                Hembra con huevos
                
                Hembras nulíparas

                Hembra para

                
                Hembra con sangre
                
                Hembra con huevos

                
                Hembra para
                

                APARATO BUCAL Y PALPOS MAXILARES

                Poseen un aparato bucal de tipo cortador-chupador. Este tipo de aparato bucal se encuentra en los tábanos (Diptera, Tabanidae) y algunos otros dípteros como es el caso de los Culicoides. Las mandíbulas se presentan en forma de hojas afiladas y las maxilas en forma de largos estiletes sonda. Ambas cortan y desgarran el tegumento de los mamíferos, haciendo fluir la sangre de la herida. Esta sangre es recogida por la protuberancia esponjosa del labio y conducida al extremo de la hipofaringe. La hipo y la epifaringe se ajustan para formar un tubo a través del cual la sangre es aspirada hacia el esófago.
                Las mandíbulas tienen filas de dientes a lo largo de la parte interior del borde, en la porción más distal y son utilizados para lacerar el tejido mientras se alimentan. Los machos no se alimentan de sangre y tienen las piezas bucales reducidas. Asociados a éstas, existen un par de palpos maxilares con cinco artejos. El tercer artejo es más grande y tiene un grupo especializado de sensilas localizadas en una depresión denominada foseta sensorial, que sirve como órgano sensitivo.


                Aparato bucal de C. circumscriptus (hembra)

                Aparato bucal de C. festivipennis (hembra)

                Aparato bucal de C. festivipennis (hembra)

                Aparato bucal de C. festivipennis (hembra)

                Aparato bucal de un individuo intersexo

                Detalle del aparato bucal de un individuo intersexo

                Aparato bucal de C. univittatus (hembra)

                
                Detalle de la foseta sensorial de C. alazanicus
                
                
                Foseta sensorial de C. imicola. Obsérvense las sensilas con fomra de palillo de tambor
                
                Detalle de las sensilas de la foseta senorial

                martes, 5 de abril de 2011

                INDIVIDUOS INTERSEXO

                Los nematodos entomoparásitos son aquellos que viven y se alimentan a expensas de su hospedador, pudiendo producir diversos daños en el mismo y eventualmente provocar su muerte. Dentro de este grupo se encuentran los nematodos de la familia Mermithidae, que han sido utilizados ampliamente en el control biológico de insectos tales como culícidos (Petersen, 1978; Petersen, 1984; Santamaria et al., 1993; Santamaría, 1994) o coleópteros (Creighton & Fassuliotis, 1981). Los insectos susceptibles de ser controlados con nematodos mermítidos son aquellos que pasan un estadio de su ciclo en depósitos de agua (charcos, lagunas, aguas estancadas), especialmente aquellas especies dípteras de importancia por causar problemas de salud pública (Rosales et al., 1999). El estadio juvenil preparasítico del nematodo busca activamente al insecto hospedador y cuando lo encuentra penetra a través de la cutícula de éste gracias a un estilete, alojándose en el hemocele durante toda su fase parasítica. Cuando se completa esta fase el nematodo emerge del hospedador y produce invariablemente su muerte debido al orificio producido en la emergencia.
                Este parasitismo puede provocar en el hospedador una serie de fenómenos tales como la reducción de la fecundidad, esterilidad, retraso en el desarrollo y demás aberraciones etológicas, fisiológicas y morfológicas que pueden desembocar en la muerte del insecto. Una de estas anormalidades morfológicas más característica es la aparición de individuos intersexo, que son aquellos en los que todo su cuerpo posee un genotipo definido (masculino o femenino) pero en el que el fenotipo de los órganos sexuales está, en parte o completamente, transformado al del sexo opuesto (SATOKO et al., 2010), si bien es cierto que este fenómeno puede ser también consecuencia de temperaturas extremas en el desarrollo o genes mutantes recesivos (Sánchez Murillo et al., 2011). Este suceso ha sido estudiado en nuestro país en los últimos años en relación con el parasitismo de nematodos mermítidos en dípteros del Género Culicoides (Diptera: Ceratopogonidae), únicos transmisores de la Fiebre Catarral Ovina o Lengua Azul, enfermedad infecciosa de distribución mundial que afecta a los animales rumiantes.


                Hembra de Culicoides con tres nematodos mermitidos en su interior


                Individuo intersexo con nematodo mermitido en su interior

                Individuo intersexo sin nematodo mermitido en su interior

                Macho de Culicoides con nematodo mermitido en su interior

                Abdomen ocupado por el nematodo mermitido

                Nematodo mermitido

                Detalle de la espícula de un nematodo mermitido

                Porción cefálica del nematodo mermitido


                Las fotos  que pongo a continuación son unas fotos espectaculares  que presenté en una comunicación cuyo título era "Primera cita de dos individuos intersexo con capacidad reproductiva pertenecientes a la especie Culicoides newsteadi (Diptera: ceratopogonidae) Austen, 1921",  presentada en las Jornadas XXVIII Asociación Española de Entomología. La importancia económica de los artrópodos. Ponferrada. 6-8- julio de 2011.




                Esta otra imagen también corresponde a un intersexo C. newsteadi con capacidad reproductiva igual que el anterior